El tiempo pasa de prisa y los recuerdos quedan
como un ave a lo alto se elevan
como probar de la manzana envenenada
todo puede convertirse en nada con pieles de seda
un vaso de leche y galletas
para el mal de amores
una rebanada de pan
para curar los males
contando pisadas en la arena con desconsuelo
esquinado en el sol y quemándome con el hielo
con el alma de un niño y el corazón de un poeta
escribiendo me siento preso con la libertad de un cometa
confuso, acertando en mí un mar de ideas
el cual lo rodea un arrecife de incertidumbre
colmado de colores brillantes que se balancean
al compás de los versos que rimo como de costumbre