Como siempre
con la misma alegría que cantabas
a la luz, me recibías.
Como siempre
Ser pequeño
El hueco de mi mano
lleno con tu pálpito.
Como siempre vivías
sin preguntar
también amabas
sin preguntar.
Como siempre
tu pequeñez ha creado
un gran vacío en un
triste paréntesis.
Como siempre que me
hacías revivir te
moríste en el hueco de
mi mano, de muerte leve
como siempre.