¡¡Dolor!!
Abrió sus puertas con furia y nos arrastró un atardecer de verano,
nos dejó heridas en carne viva, estacas de dolor en el alma
montón de temor y una luna moribunda en lo que fuera una casa…
¡Dios! ¿Podré respirar con el dolor empotrado en mi corazón?
Podré alguna vez volver a abrazarme con el amor ¡Pasión!
Cuando el dolor nos atrapa nada vuelve a ser lo mismo ¡Nada!
Van y vienen los días de verano llevándose la esperanza sin regreso,
de pronto, se apagaron las soles de mis ojos con toda la alegría,
el aluvión se hizo un mordisco mortal infectando toda una nación…
devastadora es la villana naturaleza cuando en su encono nos traiciona,
condenas son las lluvias cuando no cesan, inmensurable es el dolor en el alma…
Ya nada volverá a ser lo mismo, ni está noche ni mañana ni jamás,
no hay verbo que pueda aliviar mi corazón lacerado de añoranzas,
¿Cómo consolar a tantos hermanos míos que se quedaron sin sendero?
Teas apagadas, flamas que ya no alumbran los hogares como antaño.
¡Cómo olvidar la memoria ardiente de un país que iba en creciente?
Me golpea hondamemente este amanecer en donde todo me sabe a extraño…
Luna&Poesía
19.03.2017