El viento frío de invierno
abre bruscamente
la ventana de mi habitación.
Los árboles del huerto
se mecen sin cesar
mientras sus hojas
caén al suelo
cual hojas de papel.
El día se oscurece
y comienza a llover
con rayos y truenos
como suele suceder
mojando mi cuerpo
y el balcón aquel
donde solíamos
querernos
tiernamente los dos.
Allí donde tantas veces
me encontrabas mi amor
para amarnos
para darnos
el más dulce de los besos.
Hoy que he vuelto a recorrer
después de tanto tiempo
las calles de tu país
ansioso de encontrarte
y no dejarte nunca más
me entero por la gente
que nunca más podré hallarte
que nunca más volveré a verte
porque te fuiste lejos
muy lejos de aquí
a un lugar donde se va
y no se regresa
nunca jamás.
Fuiste la mujer que yo amé
sin importarme la distancia
y si ya te perdí
mi vida no tiene sentido sin ti.
Hoy llueve, llueve mucho
y sangra mi corazón
solo triste y sin ti
el balcón aquel
ya no se ve igual
le falta tu presencia
tu risa
tu voz
le falta todo
ahora que ya no estás.
Solo me queda el recuerdo
de nuestro inmenso amor
aquél sentimiento profundo
que dejaste en mi alma
y florece aún
en el fondo de mi corazón.
Te doy mi adiós
¡Amada mía!!
con la promesa
de que siempre te recordaré
cómo a la flor más hermosa
del jardín de mi corazón.
Autor: Mauro J. Cassaño
mallíto
19/03/17