Julián Manuel

A TÍ, MI SABIO CABALLERO

Tú, hombre de naturaleza perdida

De mirada triste y soñadora,

de carácter hostil y torturado,

de conflictos y pasiones,

de dulces sueños de amor,

de sabiduría eterna,

eres el eterno caballero sonriente

que enciende la llama de mi corazón.  

(El buen maestro llega sólo cuando el discípulo está preparado)