Fui hombre y mujer de una sola tendencia, para todas las contiendas que abrasaron mis ojos frente al sol o ante la luna llena y fundida en mi alma sin tiempo o espacio que arrastra este cuerpo.
Fui la mar, la sal, la tierra, una hembra en luto y un hombre chistera; ciudades húmedas, palmeras.
Fui la tela de araña, la seda, la entraña de un ser.
Fui sed, carroña y ojos en la noche; una trinchera del vacío, con puntadas de oro.