Ahora apareces...
cuando la noche
está estrellada
y me pide que te ame,
tantas fueron las veces
que te amé en silencio
sin poder decir nada.
Porque el silencio de tu boca
se hizo tatuaje sellado
que pernoctó en el duelo
de lo anticuado.
Ahora no sé cómo se puede
sin que el temor me agrede
al intentar empezar, es mejor
a veces creo que olvidar
que los dos nos amamos.
Y que tanto se desearon
nuestros cuerpos
si el dolor quedó
como sepultado
en nuestro intento.
Ahora no me atrevo
porque el tiempo pasa
y no debo poner en peligro
el corazón
porque lo que nunca fue mío
el viento viene y lo arrasa.
Déjame sola,
que necesito de la soledad.
Ella sabe cómo a veces
quita este frio.
Ahora sólo puedo decirte adiós.
Llegaste cuando menos
en mi alma te esperaba yo.