No quiero poesía artificial
de letra maquillada,
contenido de quirófano,
cuerpo escultural,
la Cher literaturizada.
No quiero poesía artificiosa
como retablo de catedral,
esposa de general,
voz de comercial
o bodorrio de famosa.
Quiero una poesía fresca,
de tan fresca,
descarada;
sin mentiras piadosas...
la verdad descarnada,
la verdad a secas,
con la cara lavada
y las manos vacías
y el pensamiento eterno
de haber hecho de la poesía
una poesía honrada.