Yo tomaré tu rostro entre mis manos
y adoraré tus ojos con mis labios
y libaré tu boca con mi boca
y beberé tu aliento desatado.
Yo escalaré tus ígneos volcanes
y me hundiré en tus simas primigenias
elevaré mi vuelo entre tus brazos
y buscaré mi nido entre tus piernas .
Arraigaré prendido en tu espesura
y envolveré tu cuerpo con mis lazos,
como una hiedra cálida y celosa
poseeré tus poros incendiados.
Y cada tallo hendirá tus manantiales
y crecerá trepando por tu vientre,
te ceñirá de flores la cintura
y trenzará zarcillos en tu frente.