Cuando mi cuerpo tremulo y cansado
espere la muerte con su arrullo
feliz será hasta el infinito
si puede tener in beso tuyo,
y será mi último suspiro
tempestad, huracan y viento llano
esperando en el silencio de la noche
calmarse con el roce de tus manos.
O divina muerte en tu bondad divina
que me envuelves con tu halito de hiel,
dame ese placer divino de morir con el aroma de tu piel.
Deja que estos ojos profundos de deseos
busquen en la luz de tu mirar
una tierna mirada que me diga,
si, tal vez te pude amar.
Y en este viaje eterno de tu mano
donde el Seol me ofrece descansar,
dormiré mi eterna nueva vida
con un nuevo duelo para amar.
Y mis ojos cansados de buscarla
dejarán dos lágrimas rodar
grabando en esta tierra que me cubre
para amarte Dios me dió la eternidad.