Y hace unos días que se marchaba
como un suspiro la inspiración mía.
Quedé vacilante como quien al alba
espera que se haga la luz del día.
Y temí. Me sentí triste en la zozobra
que causa la ausencia, la distancia,
y la incertidumbre de hallarme a la sombra
de tu olvido o de tu indiferencia.
Vuelve. Vuelve siempre a inspirarme.
Que seas quien convierta mi silencio
en un pensamiento nuevo cada día.
No te alejes. Ven. Acompáñame.
Sé mi cómplice y en contubernio
hagamos una estrofa, hagamos poesía.