¿Y si nos amamos en silencio?
Con el disimulo de algunas miradas
más otras apasionadas y cómplices,
solo con el roce de la piel y los labios.
Con sonrisas insensatas y suspiros desde el alma,
con caricias placenteras y besos sin final.
Con la luz de la luna encendida,
con ese cielo infinito como nuestro techo.
Con acordes de piano y el calor de la chimenea,
con tan solo caricias de media noche y
suspiros enredados en el crepúsculo matutino.
Con el sabor del café en los labios
y el aroma de tu perfume en el cuello...
Luz de Amanecer