Ojos bonitos
Manos queridas
Piernas largas.
Tu cuerpo bebe del mío,
Lo habita y con fuerzas lo quema
A puño de tus sentidos añejos,
Se hace infinita tu lengua y tu cariño toma peso,
Tomas la ilusión inyectada de mi sexo tibio.
Te llenas, tu vientre es un incesante marzo
Que procrea la primavera con poesía.
Punzas todo el muslo del cedro,
Enredas las caderas de la mariposa florecida,
Amaneces tierna en el hombro desnudo
De mi cama perdida.
Haces un buen gesto al penetrar mi cielo,
Con gracia me das de tu mano pequeña,
Y con ternura de tus labios abiertos,
Sabes a lo que sabe la entrepierna de la razón,
Sabes a lo que sabe la última esperanza de estar,
De mirar y volar.
A mis manos le das un beso
Como si cayeras en la prisa,
Pero tus besos son semillas sigilosas
Que a mis paredes trepan y limpian.
Tomas el color de mi madre cuando me mantenía entero,
Cuando me escribía cartas en el cuello
Y quemaba sonrisas en su pecho.
Me das de tu mano limpia y enredada en el viento,
Y sin armas me cuidas la espalda vacía.
Conquistas noches y les enseñas a fumar
Amarras suspiros y le enseñas a trotar
Llegas a casa y tu memoria arropa a las orillas de acero.
Sea que hoy dejes de buscarme,
Yo nunca dejo de memorizarte, por mi resignación
De sudarte, de lunes a amarte.
-JG