La golondrina ha volado.
El vuelo remontado fue muy alto.
Se fue en busca de otros montes, de otros valles, de lejanos apriscos, de verdes montañas. De una rama segura donde reposar. Un nido seguro donde abrigar.
No pudo ocultar el dolor de su partida, que lejos de injusta fue necesaria.
Solo pude recoger una lágrima que dejó de recuerdo. La cual sé convirtió en un diamante, puro y brillante como el sol.
Su mirada, aunque triste, denotaba allá en el fondo, donde se confunden las ansías con el recuerdo, una esperanza.
Se fue al caer el sol. La oscuridad seguro la encontró en su camino; mas sé que espera, un nuevo amanecer.