La prímula en secreto
observa atenta
qué destino decreta
tiempo en su gesto;
¿marchito clavel,
rosa dormida?
¡Ríose de aquel
de hoja torcida!
¡Quién lo diría!
que esta flor delicada
se volvería
cotilla descarada:
pues sea lo que sea
todo ve, todo mira
y no feliz, delira
si noticias espera.
Pero qué pobre flor,
pues tras sus risas
marchitó su color
de brisa en brisa:
¡y su juventud
de frondas rojas
volvió senetud
de muchas mofas!