contigo estoy sólo, dijiste...
dándome de golpes hacia fuera contra los límites que tiene cada espacio de mi vida, viendo perplejo que te quedas dentro mío casi como si fueras un castigo, sabiendo que existes, que siempre has existido y que seguirás estando en un tiempo distinto, que el único espacio para ambos es este cuerpo que te siente como un súbito escalofrío.
Contigo estoy sólo, más sólo que siempre, con los síntomas del deseo desencadenando el delirio de un cuerpo en abstinencia, te siento y te detengo, no ahora, no en este camino, no sos de acá, no estás en la inmediatez de mi mundo, un mundo colapsado de realidades, realidades bellas y sonoras, realidades que me aplastan si te mezclan, contigo, desterrados de cualquier felicidad.
Hace mucho que no me entregaba a lo absurdo, podría ser casi vergonzoso verme muriendo amor por nada, sos volátil, un contagio de vida en medio de mi enfermedad, de excitación en medio de la agonía, un contagio efervescente desde el fondo, te siento como la fiebre nocturna que lleva al extremo el sentido, la dulce muerte de un condenado y me doy cuenta de que contigo estoy sólo.
Contigo he aprendido a hacer de la asfixia un placer, de la necesidad y de la impotencia un orgasmo pasajero, a disfrutar el autoflagelo de tu imagen, la constante ansiedad que regalas, ver hacia adentro y encontrarte, sé que contigo estoy sólo , tocándome el alma.