A la distancia encuentro esa voz,
el viento se opaca en su rumor,
una melodía deliciosa
en su simpleza roba mí atención
poniendo alerta al corazón,
esta sinfonía proveniente
de la más recóndita pasión.
Misterio, amor, oculta en sus notas,
mi cerebro delirante las atrapa
quiere tenerlas todas,
tomarlas del espacio
y guardarlas en los adentros
ahí donde florece la motivación
y sin más, crece la inspiración.
Veo en esa vera de la casualidad
unos destellos tan fuertes
procedentes de algo eterno
algo efímero, un algo hermoso,
que guarda mundos ocultos
cargados de sublimes emociones
causantes ahora de mis locas pasiones.
Esos ojos de colores indescriptibles
se pasean a la distancia
lejos de mi locuaz presencia,
va y camina en este vil mundo
de humillantes fantasías.
Esa mirada ocasiona el desespero,
las ansias fulminantes de mi ser
por ver lo que conserva dentro,
tal vez, esencia pacifica, confusa,
enigma de mis respuestas,
no comprendo palabras,
solo veo sus parpados,
al ocultar la mirada,
al ocultar lo más bello,
al ocultar en ese segundo,
los ojos que ahora quiero.
Somos del tiempo,
nos obsequia segundos
donde creamos una vida,
a la distancia
he creado la mía,
con esa mujer,
que aún es desconocida.