El tiempo se detiene muy pocas veces en esta casa
Y a mí justa mirada, la naturaleza me da un nirvana
Aquel murciélago cruzando no tan alto merodea la luna
Y en sus traslucidas alas
Húmedas después de tanta lluvia
Me deja ver una luna con roció.
Insuficiente es el acto de mi cuerpo
Que ante los ojos de Dios es solo una cárcel
Que se pudre
Con alcohol y abasto tabaco
Chirria aquel animal ciego
Que entre miedos y más claro se vuelve el cielo
Y a vuelo en sus alas parpadeantes
Siendo atrapado
Me dejo caer
¡Mi alma sacude estos huesos!
Por estos versos.