El tiempo suele vencer y robar dobleces,
Quemar a fuego lento el cariño de los huesos
Que se sacrifican por bailar a corto espacio,
Que sostienen a duras penas, besos y regaños.
Por eso hoy mis brazos se dejan caer,
Tan seguros en tu espalda cristalina,
Tan enamorados en tu tono claro,
De tu piel callada, de tu manto arrugado.
Por eso hoy mis pupilas se dejan cerrar lentamente
En tu piadosa sombra de cordura.
Me llegas a mirar consolada, y el último suspiro
Toma el color de tu ventana.
Eres tímida, pero como has coleccionado orgasmos,
Canciones y retratos.
Tu manía de ser mi almohada, mi sabana de cabello castaño
Y piernas largas, mi cuerpo desnudo y abierto.
Me has dado besos tan largos, que la noche espera y suda,
Porque tu tacto va más allá de conquistar,
Me haces crecer con tus manos,
Me haces unos centímetros más real.
Como si me trazaras las sílabas de tu nombre
Quedo hinchado entre tu vientre,
Y mi corazón cae en tu regazo.
Tu mejilla fría se vuelve agua para mi reloj de cachemir,
Si con mirarte el tiempo pierde huellas
Con tocarte queda tendido sobre nuestro amor de versos.
Vives abril con tanto encanto
Que el cansancio desciende sus espejos,
Y nos deja intactos, limpios de segunderos
Libres hasta los huesos.
-JG