Vas sonriendo mientras me miras con el desdén, de quien hoy se adorna con perlas y también rubíes, y no recuerdas cuando hace poco me besabas, feliz de compartir, una taza de té, y un poco de Amor que ríe.
Hoy te vistes con sedas y te perfumas de alhelíes, y llenas tu hambre, con bocados muy finos, que la gente te pide, y tu desdén les sonríe nuevamente con ironía, más tú no recuerdas, el tiempo en que pobre tú también fuiste, o acaso olvidaste, el pobre mendrugo que no tenías.
Caminas oronda imaginando violines, que tocan cuando tú llegas, y se apagan cuando te fuiste; hoy la música, suena alto para halagarte, y los ojos de cientos te miran con ironía, y es que deslumbras cuando tú llegas, y dejas sombras cuando has de irte.
Sonríes con ironía, al verme pasar por otra acera, y es que un tiempo tú fuiste mía, cuando eras mi dama, y también mi compañía; sonríes con el desdén, de quien hoy tiene y no lo aprecia, será porque eres pobre, y es que es esa, tu naturaleza.
Me miras con tu desdén, al verme pobre sin tu riqueza, y sonríes con ironía, al saber que hoy ya tengo esposa, quizás no haya riquezas, y eso es lo que desprecias, pero has de saber, que la quiero como mi dama, y también mi naturaleza, porque ella también es pobre, sin desdén, ni ironías, y no como tú te muestras, que eres dama de una noche... por unas pocas monedas.