Sin ti mi cuerpo se esconde de la noche,
Ahoga su luz, entierra sus colmillos intactos.
Me deshago, me hago pedazos, me disuelvo,
Olvido los caminos, caigo en todas las tristezas.
Sin ti me alejo de los ríos como un desierto
Incrusto en mi carne todas las estrellas
Altas olas me alcanzan, me hunden, inundan
El valle sin cielo en que caminan mis latidos
Sin ti el dolor es una raíz enredada en mis huesos
Inexorables peces nadando en el torrente de mis venas
Una mariposa prisionera en mi último cráneo
Larvas doradas comiéndose el borde de mi alma
Sin ti es posible que no haya regresado a casa
Y mi soledad, una hojarasca, pesada para el viento
Se estancara en la ciudad como un fantasma
O como una nube que quiere amar.