Hay cosas en nuestro devenir, que pasan a ser prácticamente como ceremonias sagradas y una de ellas por cierto son nuestras habituales charlas con mi amigo Pedrito, charlas que por otra parte nos elevan hasta lo más alto del intelecto, tal es así que hemos llegado a la conclusión que estos encuentros nos indican que estamos más vivos que nunca (que no es poca cosa).
Y esto viene al caso cuando en el fragor de nuestra conversación, la misma nos llevó a un profundo tema, si mal no recuerdo era sobre la pesca pues es un viejo pescador con muchas anécdotas, una de ellas es lo que jura y perjura, que en una salida al mar con su caña pescó una sirena, (no olvidemos que su estado no es el mejor) pero esto no es óbice para dejar de quererlo, mientras la conversación transcurría por carriles normales todo se desarrollaba de forma casi previsible hasta que de repente y no se porque…apareció el tema del OLVIDO y eso nos transportó indefectiblemente a lo que vino después.
El progreso no tiene ni nostalgias ni recuerdos, simplemente cumple su misión, aunque con eso destruya momentos que fueron únicos, lugares con historias y amores de allá lejos que han dejado huellas imborrables para muchos.
Alguna vez en una de mis reflexiones escribí, SI DE DISOLVENTE SE TRATA…EL TIEMPO.
Recuerdo que inmersos en nuestra conversación , Pedrito deslizó una palabra…¡ZAGUÁN1 y en ese momento sentí dentro mío como todos mis órganos se ponían en reversa y como por arte de magia volaba hacia ese ayer, en que al amparo de mi inocencia pensé que mi lugarcito bajo el sol que creí conquistar, serían míos para siempre.
Al volver a este presente, sentí que la culpa invadía todo mi ser, porque en ese momento me pareció ser alguien despreciable que se olvidó de un amigo entrañable, que lo único que hizo fue hacerle pasar momentos hermosos e imposibles de olvidar y a ese amigo me quiero referir con estos simples versos.
Mi querido amigo, nunca te voy a olvidar, es hora que al igual que el día de la madre tengas tu recordación anual
QUE ASÍ SEA.
Boris Gold (un viejo gagá…que no quiere aflojar)
NOSOTROS…
LOS TIERNOS DEL BARRIO
TE RECORDAREMOS
“Y EL PROGRESO QUE TODO DESTRUYE”
Creo llegada la hora
De que afloren los recuerdos,
Y con ellos la nostalgia
Que nos llena de emoción,
Al pensar que el tiempo ingrato
Asesino de mil cosas,
Borró sin asco un emblema
Que prendió…en mi corazón
A veces en esas noches
En que vienen a mi encuentro,
Los duendes de mi pasado
Y con ellos yo me iré,
A recorrer esos sitios
Impregnados en mi mente,
El zaguán se me aparece
Si parece…que fue ayer.
La alegría me supera
Al saberme tan dichoso,
En ese lugar con historia
Donde un día me gradué,
Las rascadas más sublimes
Fueron materias sagradas,
En Harvard también di cátedra
Y no lo podían…creer.
En muchos barrios distintos
Dejé mi marca en zaguanes,
Nunca hubo dos iguales
Cada cual supo tener,
Aromas y otras linduras
Y olorcitos de cocina,
De knishes en villa Crespo
Y en Recoleta…a canapés.
Al pasar también recuerdo
Lo que Pedrito contaba,
Que por Devoto curtía
Un zaguán del barrio aquél,
Con caireles que colgaban
Y daban una luz difusa,
tenía cosas paquetas
Y hasta…una puerta cancel.
No discrimino a ninguno
Cada uno en su lugar,
Pero me quedo con uno
el que apegado a mi está,
Liniers era el domicilio
De franeleadas gloriosas,
Y paredes rasjuneadas
Que en el cielo…han de estar.
Boris Gold (simplemente…un poeta)