El morocho del abasto
vive con su inmortal canto
en cada casa, en cada barrio
o cuando una madre
llama a su hijo
de nombre \"Carlitos\".
No hay argentino
que no haga de su música
un himno...
No hay lugar para el olvido,
vive en las milongas
que se bailan
y en la nostalgia...que lo nombra
o cuando retumba una guitarra
al compás
del tango que sonaba
en el viejo arrabal.
El zorzal criollo
es inmortal,
se esculpió en bronce oro
su leyenda...
Su voz vuela al lado
de los pájaros
que revolotean
en las carreras
de los hipódromos,
su sonrisa eternizó en las fotos
su varonil estampa
quedó plasmada
en las estatuas.
Los corazones tangueros de ayer
y del presente
se mantienen fieles
al inolvidable Carlos Gardel...
NAZARENO (Adolfo César Marcello)
Tucumán - Argentina