Un fruto de mil flores yo empecé
esperando por pájaros cantar
y así aqueste fruto saborear
siendo así mis dueños yo señalé
En otoño sin gracia yo acabé
y de mí se empezaron a cansar.
Los pájaros pararon de piar
y el frÍo y la ausencia yo me gané.
Mustio yo mismo me empecé a pudrir
como un cardo de pinchos me secaba.
Mi existencia comenzaba a morir.
Pues al principio alguien a mí me amaba
y hora como si no hubiese existir.
Quizás, crecer no era lo que pensaba.