Te pido no te alejes del todo
abrázame, música querida,
que en estos largos caminos
de soledad, solo tú cierras la herida.
Quédate dando vueltas y vueltas
en mi sangre, si no te escucho,
quédate palpitando muy cerquita
para no extrañante mucho.
Déjame tan solo una estela,
una pequeña llama perdida
que caiga en mi pecho abierto,
para guardarte siempre encendida.
No serás ya mi novia fiel,
te tendré solo en los jirones
de los rayos de la luna, y
en las mañanas de los gorriones.
Te tendré vibrando la vida
donde descansa el remanso,
te pido sólo en esta zamba
no te alejes de mis pasos.
Déjame tan solo una estela,
una pequeña llama perdida
que caiga en mi pecho abierto,
para guardarte siempre encendida.