Me resguarde en el tiempo
¡ingrato fui!
Pedí inmortalidad,
mis esperanzas las deje ahí
posadas sobre sus fragmentos,
él misterioso
detuvo mis movimientos.
Varado estuve
durante tanto,
ocho mil días
tal vez siglos,
observando todo
sin mover extremidades,
moría o vivía
es algo que no recuerdo
olía a adefesio.
Perdí por incauto,
el sigilo del tiempo
devoró mis sentimientos,
recite poemas infinitos,
pero la poesía no sentía
no amaba, ¿existía?,
se perdía en partículas
formaba una cacofonía,
que se hacía eterna
en mis pensamientos
vagos en guerra.
Mi alma destrozada
abandono ilusiones
en mi ser callar,
la bebida me lleno,
el alma en otro idioma hablo,
mi corazón murió,
cada paso de mi alma,
de mi cuerpo y ser,
se convirtió en la vida,
en la libertad perdida,
en las alegrías cómodas,
en mi esencia tonta,
que entró en el ramaje,
la telaraña del tiempo.
Me resguarde en el tiempo
¡ingrato fui!
Pedí inmortalidad,
mis esperanzas las deje ahí
posadas sobre sus fragmentos,
él misterioso
detuvo mis movimientos.
Varado estuve
durante tanto,
ocho mil días
tal vez siglos,
observando todo
sin mover extremidades,
moría o vivía
es algo que no recuerdo
olía a adefesio.
Perdí por incauto,
el sigilo del tiempo
devoró mis sentimientos,
recite poemas infinitos,
pero la poesía no sentía
no amaba, ¿existía?,
se perdía en partículas
formaba una cacofonía,
que se hacía eterna
en mis pensamientos
vagos en guerra.
Mi alma destrozada
abandono ilusiones
en mi ser callar,
la bebida me lleno,
el alma en otro idioma hablo,
mi corazón murió,
cada paso de mi alma,
de mi cuerpo y ser,
se convirtió en la vida,
en la libertad perdida,
en las alegrías cómodas,
en mi esencia tonta,
que entró en el ramaje,
la telaraña del tiempo.