Pequeña isla del océano de concreto
Abrazo de los labios de amor adolescente
En el viento que Acaricia el estéril de tus árboles
Recuerdos se reflejan en tu fuente
Recuerdos tan amargos como cebada
Y tan dulces como el algodón
Murmullo constante que no duerme
Viajando enjaulado en tu callejón
Miradas impacientes se reparten
Entre los bancos de madera
Espolvoreada por el nylon
Sueños de encuentro
De animales de suscripción
Artificio de palomar
Que resuena en las campanas
En la hoja débil enrojecida
Que cae silente como invitación del invierno de otros tiempos
Es fácil perderse entre el eco del sol
Entre el espacio abierto y el olor a vida
En el reconfortante despegar de la rectangularidad de los edificios
Pero la noche me espera en mi cuarto y me abraza la humedad y el olor de la grasa quemada del machimbre ennegrecido
Y tu imagen vuelve a ser lo que es
Lo que fuimos, lo que soy y lo que pudo ser.