Wellington Rigortmortiz

* Melódica (The Piano Black II)

 

Dulce, suave, lírica y armoniosa melodía

que recorre mi alma, y se exterioriza

a través de la virtuosidad de mis dedos,

mágico lenguaje tan subliminal

como la pasión que despierta el amor real,

así mis sentimientos se comunican

con todo aquello que posee sensibilidad,

un beso del destino

en los labios de la esperanza,

las caricias delicadamente impúdicas

del tiempo, recorriendo lentamente

la piel de la vida y sus caprichosas exigencias.

 

Esta poética partitura improvisadamente

se va tatuando en la espalda de la muerte,

con un dolor piadosamente soportable,

con una ternura que cura las heridas,

que depura mente, cuerpo y alma

del odio, del rencor,

melodiosa brisa emanada de mi ser,

es la que respiro al mismo tiempo,

luz abriéndose paso dentro de la cruda

y tétrica oscuridad, quedándose cariñosamente

dentro de su vientre, regalándole

sombras al vacío que a la vez le dan

compañía a la soledad allí escondida.

 

Todo tiene un comienzo

y un final, y este momento

no es la excepción, más, inmortal

se transformó la acción, la creación

de esta melodía para vivir,

que aunque después de un tiempo

ya no tenga a su creador

y virtuoso interprete,

tendrá en cada uno de sus momentos,

a alguien que sepa y pueda reinterpretarla

sin necesariamente tener que utilizar

mi piano negro, bastara

con que la tenga en su mente,

que la guarde en su alma, y después,

a través de su esencia humana,

con sus sentimientos nobles,

la exprese sobre la piel del alma

de quien verdaderamente ama.