Yo encontré en tus ojos
un ave que dormía
con sueño suave,
y en tus pestañas
un par de alas
de la dormida ave.
Y adornados sobre ellos
un arco encajado vigilante.
Me parecían la media luna
en un cielo tan claro.
¡Como aquellos ojos
con aquellas cejas
no he visto a ninguna!