Enigmas de desconsuelo eterno que se vuelven inquietudes del pensamiento.
Siento el difunto olvido que hierve y se evapora en los olvidos; ¿ me piensas? Jajajajaja, ¡ no! ¿Verdad?
Sepultame como lo que se quiere olvidar, porque soy lo más incuerente de tu vida, y sé que te fastidia; ¿me odias?
Hasme olvido, odio, guerra y el terrorismo de la vida, del amor; despídete del horror que hoy soy, porque me amas con pasión.
¿A cazo no te doy asco?
Olvídame, liberame, deshasaste de mí.
Ya no me beses, sepultame como el
que acaba de morir, arrastrame en tu infierno, que la gloria de vivir no acaba hoy ni mañana niña mía.
Acaba con el principio, porque el final es eterno, porque somos desdicha e indiferencia de una totalidad que jamás va a avanzar en tu gloria de guerra.
Seremos un tormento que jamás va a acabar de empezar en tu gloria de vivir así.
Acaba por favor, te lo pido.... Ya.
No me extrañes dulce estupidez, dulce fragilidad, dulce mal estar, dulce saciedad...... dame paz.
Marc Téllez González.