TROPIEZOS DE UN HOMBRE
Con timidez el agua caía
el viento arrastraba los tropiezos de un hombre
como un papel abandonado
con incierto destino.
La brisa habla de su senda maltrecha
y añejo cansancio,
un obstinado empeño
le obliga a no bajar la mirada.
El río no se paraliza
y humedece la raíz de la sombra,
un sonido cauteloso
anima su agotamiento.
Martín Pereyra