Para tu paladar de gato de angora he cazado los peces más finos,
y frutos de nombres extraños hicieron fiesta en tu boca.
Para tu boca preparé los besos más antiguos que se hicieron nuevos en tu arte de besar.
En tus pies he calzado flores griegas
que dedicados enanos fabricaron con extrema dulzura.
Licores libres han pasado por tu garganta
en noches navideñas.
Para tí los mismos enanos tradujeron los versos más hermosos de Horacio,
y tú lo celebraste.
Mi sexo sacudió tu sexo en largas sesiones donde tu cuerpo fulgía.
Alguna profecía mal iluminada me avisó que te ibas a hundir
entre rocas amarillas en un ascender y descender de montañas,
entre cardúmenes en el nido de algún mar.
Ahora,
alas, en una tarde,
me llevarán hacia donde tristemente lavas tu traje de espumas infinitas.
GuillermoO
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