Que injusta es la vida
si con la muerte todo termina
mientras los recuerdos luchan por resucitarte
un puñado de tierra en mis manos, trata de enterrarte.
desenfunde aquel viejo pañuelo de la infancia
y en soledad seque mis lágrimas
me hice silencio entre tanto murmullo
y entre tantas preguntas, no logre ser respuesta.
intente negociar con Dios, 10 años de mi vida
solo por un día, solo por un abrazo, solo pr una sonrisa
pero mi oferta no le alcanzo, y a las siete de la mañana te llevo.
En cuestión de segundos
fui creyente y fui ateo, fui hijo y fui huérfano
fui cielo y fui infierno, y te odie tanto por eso,
en tu fria frente, se despidió el ultimo de mis besos.
Aun sigo yendo al mismo Bar
todos los jueves, a las cinco de la tarde
me siento en la misma mesa
y veo como el mozo tembloroso, trae dos cafe, para uno.
Donde quieras que estés, te pido perdón si de algún modo te falle
y donde quieras que estés, querido viejo, nos volveremos a ver
solo muere lo que se olvida
solo duele lo que se ama.
En memoria de mi viejo
J.C. del Toro
19/09/1951 31/12/2016