Porque transita sobre lo vasto del mar
tu inquisidora mirada por doquiera,
yo quisiera saber, si puedo preguntar,
¿A dónde va tan libre tu alma viajera?
Si en el horizonte en que tus ojos fijas
es el finito mundo de los iguales.
Si las nostalgias acaso son las hijas
de las tristezas de todos los mortales.
Si en ese mundo, en ese apartado espacio,
existe orquestado un canto de sirena
que te envuelve tan suave, despacio,
como se mojan tus pies sobre la arena.
Llévame entonces en agitadas olas
y nos encuentren las estrellas primeras
cuando sobre nuestros pies las caracolas
nos llevasen al mundo que tú quisieras.
Y bajo las estrellas, bajo la luna,
como igual tu pensamiento absorto se halla,
yo estaré en tu soledad como la espuma
que se consume vigorosa en la playa.