El centro de la ciudad es un verdadero hormiguero, la gente se dirige robotizada al mismo lugar de acuerdo a la rutina laboral que corresponda a cada quien, independiente de que un reloj marque puntual su llegada, cada día la actitud cual virus se propaga y a todos afecta por igual. Entre tanto Rosalba camina por la avenida buscando la dirección de la casa que la vio nacer, se detiene y duda del croquis que le dio Mariana y piensa:
-“Esta es la dirección y el número que corresponde a la casa, sin duda los que la compraron la demolieron y en su lugar fabricaron este pequeño local comercial”.
Decide entrar y preguntar si efectivamente es así.
-Si señora, esta en el lugar que corresponde a la dirección que usted busca, solo que todo ha cambiado, anteriormente esta era una zona residencial, hoy día es comercial.
Sintió un frio correr por sus venas, y una profunda tristeza al no lograr ver nuevamente aquel árbol, y el parque infantil donde tantas veces ella y sus primos iban a jugar, pero ya Mariana le había prevenido sobre el asunto y le había dicho , -“cerciórate por ti misma”. Toma asiento en una de las mesas y pidió un café, alguien la observa insistentemente y esto le hace girar la mirada y se encuentra con un vecino de aquellos años. Él levanta la mano en un gesto de saludo y dice:
-Hola Rosalba veo que no me reconoces, en cambio yo no te podría olvidar ni en mil años.
Ella se levanta del asiento y él hace igual, y camina uno hacia el otro y se abrazan con la fuerza de tantos años ausentes que volvieron al presente en un solo instante.
-Hola mi querido Oswaldo, cuanto tiempo ha pasado, que agradable coincidencia el de este momento, levantaste mi animo sentí derrumbarme al ver que no existen las casas ni el parque donde crecimos
-¡Ah! Mi querida Rosalba dichosos los ojos que te ven tu siempre fuiste tan emotiva, los tiempos cambian y los lugares también, y dime después de tanto tiempo ¿que te trae por aquí?, se que después que te casaste mi rival te llevo muy lejos donde yo no pudiera verte nunca mas, pues el sabía que de niños fuimos novios y los celos lo mataban, y dime como es que tu esposo deja viajar sola a una mujer tan hermosa como tú (ambos se rien)
-Oswaldo que tiempos aquellos, mi matrimonio después de muchos años se disolvió cosas que pasan en la vida, prefiero no hablar de eso. La verdad he venido para revivir momentos visitando lugares de mi infancia, y tú donde vives ahora y con quien si se puede saber, y no me digas que te casaste con Raíza
-Pues si me case con ella, pero al año nos divorciamos ya sabes aquel temperamento era tan fuerte como la belleza de esa mujer, y vivo aquí mismo, este es mi negocio el café corre por la casa, si quieres sube para que conozcas el apartamento mi viejita se alegrarà de verte.
Aquel día fue de gran emotividad para Rosalba, la madre de Oswaldo la reconoció al verla
-Mi niña tienes la misma sonrisa, como no reconocerte, recuerdas el día en que tu y Oswaldo se montaron en el punto mas alto del árbol y tuvimos que llamar a los bomberos para que los bajaran (risas)
-Madre soy inocente de esa travesura, aunque yo la lleve la primera vez al árbol, fue ella quien ese día me convenció de trepar el árbol alegando que estaríamos mas cerca del cielo y al llegar la noche tocaríamos las estrellas, y claro que vi las estrellas cuando me propinaste el castigo
-Ya dejen eso o lograrán hacerme llorar de nostalgia, señora Ana la felicito tiene usted una memoria prodigiosa ¿y su hijo sigue como siempre igual de testarudo?
- Si ya tú lo conoces bien, al menos puedo estar tranquila el árbol ya no esta para trepar (risas), te quedaras almorzar con nosotros Rosalba, ¿y dime como esta la familia?
-Todos bien señora Ana, por ahora estoy disfrutando de unas largas vacaciones lejos de casa, y estoy compartiendo unos días con una prima que por cierto me espera almorzar, prometo regresar con ella y compartir con ustedes mas tiempo …
Y la vida continùa …