Hace noches miraba las estrellas
y te recordé con pena;
las estrellas estaban tristes, habían
tantas, pero notábanse solitarias
y pensé que así debían estar
tus inquietudes, tu pasión
tu fuego, tus manos,
y tú misma; sola
a esa hora en que te recordaba;
habían tantas estrellas que brillaban
en el oscuro cielo nocturno,
y en mí, clavado tu recuerdo
y una urgencia inmensa de ir a verte
de abrazarte y besarte con fuerza
con furia y rebeldía,
por todo lo que te ocurre a solas,
porque no puedo verte a todas horas
como mi alma quiere y necesita,
por no poder protegerte...;
luego, a una estrella le puse tu nombre
y le miré con cariño y le hablé
y a ella le dije hasta mañana.
Continuaré en todas las horas
de mi soledad saludándole a ella
y pensando; qué bella, qué lejana
e ignota, pero, la veré,
volveré a verla cuando yo quiera, cualquier
noche
entre todos los astros de ese cielo,
y en ese brillo podré siempre distinguirte
amarte, acompañarte
y acompañarme hasta que un día pueda
viajar a ti, hasta ti y no volver jamás.
Bolívar Delgado Arce
De: \"Letra Nueva\"