Los ecos de su melodía
revolotean todavía
en la memoria mía
trayendo fantasías
con el silencioso abrazo
de su tierna vibración
que en las horas de dicha
le hablaron a mi corazón.
Mi alma alegre canta
al son de esa sensación
pues, sus efluvios traen
recuerdos de la tierna edad
donde todo era juego
aventura y libertad
pues embriagarme puede
con su bullicioso andar.
Recuerdos de mi infancia
¡Venid, venid veloces...!
en las alas del viento
para alegrar mi ser.
Venid..., traedme ahora
ese hálito de vida
inspiración y ensueño
a mi viejo corazón.