angelillo201

De una santa y un paleto, nacieron los murcianos

Con que profundidad de asceta medita el ciudadano murciano de pura casta.

Estirpe nacida de un santa  y un paleto, que vive como un ajo de su huerta.

Casi de nada, para si, e indiferente a casi todo.

Aferrado a su silla de esparto en el campo, de la que no se levanta, aunque el mundo este temblando y venga una ola de fuego.

Allí, en su silla,  seguirá sentado hasta el final de los tiempos, con los ojos a la corrupción cerrados, y los brazos cruzados como crucificado.

Y cuando le pregunten al murciano por  lo que opina que pasa.

Se sentirá agradecido y bendecirá a los que le han robado hasta el aliento.

Angelillo de Uixó.