Sin duda alguna, aquel momento me enamoré, no por primera vez...
Fue una de tantas veces, una de tantas veces que me enamoré de ti.
No sabría explicarlo, pues fue tan maravilloso que las palabras faltan para decirlo...
Ese día sentí toda la tranquilidad que no había sentido hace ya mucho tiempo, tu palpitar y respirar calmaron mi ser, calmaron mi corazón.
Los minutos pasaban y cada vez me sentía más cerca de ti, no físicamente, me sentía cerca de ti espiritualmente, sentía que nuestras almas se unían y eran una sola.
Nunca pensé que algo así me sucedería, puesto que todas mis esperanzas en el amor se habían esfumado, me han lastimado tanto que todo eso se había ido...
Pero ahora llegaste tú y con solo sonreír armaste mi corazón, hiciste que volviera en sí y que empezará a creer de nuevo. A creer en el amor por ti, todo lo que creia perdido lo encontré en ti, en tus abrazos, en tu mirada, en tu sonrisa, en todo lo que tienes para dar...
Me di cuenta, que eres de esas personas que se encuentra una vez en la vida, las que llegan a reparar o destruir todo. ¿Sabes? Tu a mi vida llegaste a repararla, porque junto a ti, cambió por completo, todo empezó a tomar color y la felicidad empezó a emerger de todos lados, es inevitable no sonreír cuando pienso en ti, cuando te veo o cuando recuerdo uno de tantos momentos juntos...
Eres la mejor persona que puedo haber llegado a mi vida...
Gracias por reconstruir mi ser...