Sirio

PRISIONERO DE SUS RECUERDOS

En los confines de mi universo no existe el viento, no existe brisa ni aire más fresco, que cuando sentía de su boca, el calor de su aliento.

 

Recuerdo la primera vez que nos vimos, como mil estrellas sus ojos brillaron, y yo valiente luchaba de cual bellos luceros no ser notablemente intimidado.

 

Solo se puede amar una ves en la vida con una fuerza y de una manera tan especial, que como se dice de las almas gemelas, ninguna otra relación que llegue en la vida prevalecerá por encima de ese amor que transciende la edad, la materia , la raza, el credo, o la distancia.

 

No importa cuantos amores oportunos lleguen en la vida ni cuanto de rápido o lento pase el tiempo,  nadie llenará el vació de esa persona que te hará, hace o como a mí, te hacía volar.

 

Pues solo con estar a su lado su mera presencia me hacía sentir volar, volaba en un lienzo azul llamado cielo sin saber que  en el apogeo de mi vuelo cuando más alto no podía estar.

 

Ella desgraciaría mi vida con un  atentado a cual corazón latía por ella, haciéndolo caer en un suspiro contra un suelo tan duro como la vida que llevo ahora. 

 

¿Para qué las aves quieren ser libres, para qué quieren volar? En su jaula está la vida misma que las salva de la libertad, yo no  quiero ser libre, no quiero volver amar, prefiero de mis recuerdos prisionero estar salvándome así  de volverme a enamorar.

 

Prefiero vivir con el alma vacía y la mirada perdida en un océano nocturno, donde soy, y seré siempre por ella, un naufrago que nada entre las estrellas.