Olvidé tu nombre,
el color de la pintura de tus labios,
incluso si llegaste a sonreír.
Mientras me hablabas,
tu familiar voz me era desconocida;
solo tus ojos
lograron sacarme de las sombras.
\"La alcancía de la memoria\" (2013)
Amé tu desnudez frente al espejo;
tu cuerpo un animal lleno de vida,
agreste orografía convulsa
entre las yemas de mis dedos.
Dedos de unas manos llenas de dudas.
\"La alcancía de la memoria\" (2013)
Las palabras brotan de tus labios
exoneradas de ambiguos escorzos,
sin el capricho de la urgencia,
pero nunca contenidas,
despojadas de artificios inútiles,
llenas de coloridos matices,
nunca en blanco y negro.
Tus palabras no predican, dan.
No mendigan por el tiempo perdido
ni tampoco por el pasado.
Son ofrenda, nunca súplica.
Orondas como lunas llenas,
deslumbrantes, nunca apagadas.
Tus palabras resultan apetitosas,
refrescantes como aguacero
ante el sofocante sol.
Ociosas, tal vez despreocupadas,
libres de cargas,
ajenas a débitos y a haberes,
únicamente deudoras de su propia voluntad.
Tus palabras son tu mejor obra,
se circunscriben a tu misma esencia,
desnudan tu alma y, a la vez, la engalanan.
\"En el país de la reina de los encantamientos\" (2012)
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