Sobre la bella campiña pasea el sol su esplendor
un murmullo arrullador se asienta por los caminos
alegre va el campesino entonando una canción.
A lo lejos el central recortado ante las lomas
va repartiendo su aroma sobre los campos dorados
caña de azúcar, guarapo, sangre de nuestra nación.
Sobre el camino real, hondas huellas de carretas
tan profundas, indiscretas marcando generaciones
de eternos agricultores que dejaron en la tierra
semillas y corazones.
Más allá las verdes hojas de las vegas de tabaco
respiran como las novias bajo velos en su día
hojas que caerán rendidas para dar vida al Habano.
Desde occidente hasta oriente es mi tierra un gran jardín
perfumada de jazmín donde la luna montuna ilumina
las llanuras, pasea por las montañas, y antes de que llegue
el alba, con su corte de luceros va a caminar por la playa.
Hermoso caimán dormido en las aguas del caribe
alma fuerte que resiste los embates de lo adverso
sueño que vive despierto sobre la herencia dormida
sangre que vibra encendida, autentica y antillana
luchando de sol a sol en las tierras más lejanas
mientras en alas de un son, se pasea por la Habana.