vampiresa

A mi madre

Amo el nombre genti, amo la honesta

aura del rostro que del pecho arrancha

Amo la mano delicada y blanca

que mis lloros a secar acude presto,

los brazos donde yo doblo la testa

que a mi trabajo sirve de palanca.

Amo la frente pura, abierta, franca,

donde toda virtud se manifiesta.

Pero amo mucho mas la voz sencilla

que el animo conforta entristecido

convencido y causando maravilla.

Esa voz que cariñosa hasta mi oido

llega al alba a decirme dulce y bajo:

Hija mia:¡Es la hora del trabajo!

Edmundo de Amicis