Renace la primavera, en el gris de una mirada,
sobre el terciopelo verde,
entre la hierba mojada.
Perdió el azul de sus ojos, se lo llevó entre sus dedos,
el amado a quien le dió, el mas puro de los besos.
Se rasgó las vestiduras, abrazada a su recuerdo,
desnudándose ante el mundo,
con rabia pero sin miedo.
En las nubes contruyó su palacio de cristal,
camina tras una lágrima,
el mar la acariciará.
Cuando el alba la despierta traga la sal,
y alza el vuelo, con sus alas de papel,
aún así no teme al fuego.
Lucha la vida al segundo, aunque le tiemblan las piernas,
pelea los sinsabores que la vida le presenta.
No la detiene el dolor, de la pena se alimenta,
abrazando a soledad, pues es mujer de bandera.
Dolores Egea ( Lolaila)