JAVIER SOLIS

LOS ARBOLES QUE SE AMABAN

 

Caminando por los senderos de mi soledad

Una tarde avieso contemplé

Dos árboles que por muchos años

Habían permanecido juntos

 

 Dos árboles cuyas ramas estiradas

Ansiaban tocarse sin conseguirlo

Tejí entonces una sutil tela

Que con mucha ternura

Pudiera conectarlos.

 

No sé porque me  enternecí tanto

Al pensar que aquellos seres

Habían permanecido muchos años

Compartiendo el mismo frío o calor

 

 Las mismas lluvias o sequías

Los mismos vientos y borrascas

Cuantas veces habrían querido tocarse

Brindarse un calor y una sonrisa

Quizás abrazarse y prodigarse cariño

 

Cuanto amor habría entre ellos

Y nunca pudieron amarse

No sé porque sentí tanto dolor al verlos

Siempre juntos amándose en silencio

 

 No sé porque lloré desconsolado

Quizás porque tú y yo

Somos como ésos árboles

Que se aman tanto sin tocarse.

Lima /29/03/17