Perder podrá mi alma, su figura de astro.
Llover podrá en desierto sus calcinados huesos
de antemano distribuidos por el omnisciente, y perder
la silaba alegre mi lengua lánguida.
Amar podrá mi alma en la magnificente figura,
luchar contra corriente entre lobos de agua,
perder podrá mi alma la poesía viva, que me
llevara galopando en su atadura.
Figurar podrá mi nombre la terneza del olvido,
acariciarme fuerte la mejilla y escupir ante la creciente.
Mas sin embargo vivir podrá mi alma
ante la postrera sombra que me llevara el blanco día.