Porque el otoño es frío y nostalgioso,
porque muere el verdor y gime el viento,
borraré las tristezas del momento
con la risa de un niño revoltoso.
Porque el trino se oculta en su reposo,
porque hiendo la tiniebla a paso lento,
voy a hacer con su tono amarillento
las letras de un poema melodioso.
Haré la primavera en mi soneto
con el barullo de un gorrión inquieto,
y sin las inquietudes del pasado.
En el cristal de brumas opacado
escribiré tu nombre cada día
como inicio y fin de mi poesía.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
En la imagen el más pequeño de mis nietos, Fidel, hace unos pocos años.