Presa de tu abolengo y de tu falso orgullo
te niegas a mirar al hombre que te enamora,
en cuitas con la luna le confías en murmullo
ese es el hombre que yo siento que me adora.
Como es costumbre yo te miro y admiro mudo
tú sin embargo tan altanera volteas y no sonríes,
tímidamente yo me acerco a brindarte mi saludo
te veo nerviosa y sin ganas que en mi confíes.
No quiero ser la sombra que a ti te persigue
yo no ruego el amor y tampoco lo mendigo,
persevero sin que mi afán te ahogue ni fatigue
y si lo logro es porque tú deseas estar conmigo.
Sé que tú consideras que yo no estoy a tu altura
pero en la vida y destino hay subidas y bajadas,
no todo es lo que parece ni es verdad tanta finura
las he visto de tu alcurnia compartir cama con criadas.
María B Núñez