Nada sabíamos,
nada queríamos.
Creo que sólo jugábamos a ser nosotros mismos
pero en virtual.
Recuerdo que me preguntaste por el estado del tiempo
para este fin de semana y respondí:
TUVE UN PRONÓSTICO
que me habló de vos.
Me dijo que no hiciera caso de arquetipos del amor,
ni a las comunicaciones,
que escriba como me salga,
como el pulso por la yema de los dedos.
Y....me creí en otra broma del destino,
empecinado en reírse a costa mía.
Pero...ahí estás,
respondiendo libre,
palabras con vida que me gustan.
El pronóstico extendido será un secreto
y la lluvia entre nosotros sabrá de tu pelo enredado,
y mi mano entenderá tu cintura como un puerto.
Habrá que esperar a que suceda.
Lo cierto es que nadie compara
lo cierto con lo pronosticado,
solo atinan al correr y a ser
perseguidos por el azar.