Un apasionado y dulce nuevo amor
toca las puertas de mi alma,
yo que no recordaba el sabor de los besos,
había perdido la esperanza,
pero gracias a Dios que todo lo cura
el tiempo y la distancia,
eso sí, antes de abrir de nuevo la puerta
caminaré cerca de tu casa,
para decirte adiós, esta vez para siempre
con un nudo en la garganta,
adiós a los fuertes besos que nos dimos,
al sabor de tu piel y tu fragancia,
adiós a tu risa y tus graciosos gestos,
adiós a la música de tus palabras,
y al acordarme de ti derramaré en silencio
una última lágrima.